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7 de septiembre de 2010

En la prensa abril 2010

En guardia contra la violencia sexista

04.04.10 - 00:52 -
JAVIER EZQUERRO |

Una semana sí y otra también, la violencia machista sigue dejando su rastro de muerte en los titulares informativos de toda España. Los casos de extrema gravedad que derivan en el cruel asesinato de mujeres como las que han caído en los últimos días en Castellón y Barcelona son la punta del iceberg de un fenómeno que alcanza proporciones mucho más vastas. Logroño no es ajena a este tipo de conductas, aunque el sistema de coordinación entre las policías Nacional y Local puesto en marcha desde hace dos años está ayudando a controlar a los agresores y en algún caso ha evitado situaciones que podían haber degenerado en un drama.

La foto fija de la violencia de género en Logroño tomada esta misma semana (las cifras pueden cambiar rápidamente) da una idea de la profundidad que entraña esta lacra social. En la capital riojana hay 203 mujeres que disponen de algún tipo de protección policial, acordada tras la presentación por la víctima de la correspondiente denuncia por maltrato. De este número, en torno al 2% son casos de peligro extremo o alto mientras que otro 15% está catalogado como medio. En los escalones inferiores, riesgo bajo o no apreciado, se sitúan el resto de episodios de violencia sexista que siguen 'vivos' en los archivos policiales.

Aunque siniestra, esta escala de riesgos es la médula del Sistema de Seguimiento Integral de los casos de violencia de género, al que se sumó la Policía Local de Logroño el pasado mes de enero tras dos años de estrecha colaboración con la Policía Nacional en este ámbito que culminó en la firma del acuerdo para compartir los historiales informáticos sobre víctimas y agresores. La capital riojana figura así, junto a Córdoba, Oviedo, Avilés, Gijón, Langreo y Mieres, en una experiencia pionera en España que pretende incorporar a grupos especializados de policías municipales en el combate contra la violencia de género. Hasta ahora, la iniciativa está resultando positiva y ciudades como Sevilla y Alcobendas han anunciado que sus agentes se adherirán también a este esfuerzo compartido.

El sistema, pionero en Europa e ideado en colaboración con las universidades de Barcelona, la Autónoma de Madrid y el Instituto de Criminología de Córdoba, es una base de datos en constante actualización pero también una herramienta que marca procedimientos en función del nivel de riesgo de las víctimas. En el caso de La Rioja, ha recopilado ya información de 1.100 mujeres desde su puesta en marcha y gracias a él se han realizado 5.000 valoraciones de riesgo de personas maltratadas en la región.

Todo el engranaje se pone en marcha tan pronto como se presenta una denuncia por parte de la mujer agredida. En ese momento, «incluso antes de que se decreten medidas judiciales, la Policía valora el caso y asigna a la víctima un nivel de protección ajustado a su riesgo», explica la responsable de la Unidad de Coordinación sobre la Violencia contra la Mujer en La Rioja, Ana Santos. Si la situación es catalogada como de riesgo extremo, se ordena entonces la vigilancia inmediata y permanente de la víctima durante las 24 horas hasta que las circunstancias del agresor dejan de ser una amenaza para su pareja. La actuación conlleva además un control intensivo de los movimientos del agresor.

A modo de ejemplo, un responsable de la Comisaría de Servicios Especiales de la Policía Local de Logroño detalla que en esta situación estaba hasta la semana pasada una mujer en la capital riojana, aunque la detención en Ceuta de su marido, sobre quien pesaba una orden de expulsión del país, motivó que se levantará la escolta policial.

Acceso en todo el país

El caso sirve también para ilustrar las ventajas de un sistema accesible desde cualquier punto de España a la hora de controlar tanto a las víctimas como a los agresores, entre los que suele predominar un perfil con alta movilidad geográfica por circunstancias laborales, familiares o de otra índole. De hecho, tanto la Policía Nacional como la Local pueden tener acceso desde Logroño a la información de las 140.000 mujeres del país que desde el año 2007 han denunciado algún tipo de agresión. «De esta manera -explica el agente de Logroño- podemos establecer también medidas de protección si una mujer agredida se traslada a Logroño desde otro punto de España».
Lógicamente, el nivel de protección policial se gradúa en proporción al grado del riesgo. La vigilancia decae conforme se baja en la escala de peligrosidad, pero aún así se establecen controles más o menos frecuentes sobre los lugares habituales para la víctima (domicilio, trabajo, colegio) así como sobre los movimientos del agresor. Entrevistas y contactos teléfonicos completan el trabajo diario de las policías con el fin de disponer de una información actualizada de cada caso.

El sistema, añade Ana Santos, es abierto, de manera que si se detecta una incidencia puede variar la escala de riesgo y con ello el nivel de protección que se asigna a una mujer. Esta situación se da, por ejemplo, en el supuesto de que un agresor condenado por otro delito abandone la prisión estando aún vigente la orden de alejamiento, circunstancia que aumenta la exposición de la víctima. En tal caso, la primera actuación de la Policía suele ser entrevistarse con el agresor, a quien se le informa de los mandatos judiciales que debe cumplir.
El Sistema de Seguimiento Integral no es infalible, pero hay unanimidad al señalar que está dando sus frutos en el ámbito de la prevención evitando casos reincidentes. Los datos de la Unidad de Convivencia de la Policía Local son reveladores en este sentido. El pasado año los agentes municipales realizaron 21 detenciones por quebrantamientos de condena, en su mayoría hombres que se saltaron la orden de alejamiento. «En algún caso -afirma la misma fuente- hemos llegado a detener al agresor con algún arma dentro de la zona prohibida por el juez».


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